"El mal que habita en vida" - Parálisis del sueño | Capítulo VIII

Hasta ahora nada más que hemos hablado de la parálisis del sueño en sí y en como las entidades que aparecen actúan dentro de las mismas. En esta ocasión seremos testigos como desde una pesadilla puede continuar a una parálisis del sueño.

"El mal que habita en vida"

Cabe mencionar que los sueños (en este caso pesadilla) pueden parecer muy locos o carentes de sentido, dicho esto comencemos:

Todo comenzó como un sueño como otro cualquiera, en él mismo yo andaba como un loco colándome en un estadio, desconozco si era un deporte o un concierto, había muchísima gente, los guardias de seguridad empezaron a buscarme, entre la gente iba caminado hasta que de pronto algo me llamaba desde el centro del estadio, era hipnótico y su vez sonaba como una relajante música.

No sé como de repente me encontré en medio del estadio, no veía muy bien que es lo que estaba pasando, tan solo se podía escuchar los gritos incesantes del público. Dentro del contraste de la niebla se podía percibir una sobra enorme con una grandes cornamentas y garras puntiagudas. Mi corazón empezó a acelerarse, quería huir, pero siempre volvía a aparecer, me agarró del cuello mientras me apestaba con su aliento en mi rostro, en ese momento el público presente enloqueció.



¡Me estaba haciendo mucho daño esa cosa, a punto de ahogarme el sujeto empezó a transformarse en un humo negro entrando por mi garganta, me entraron muchas ganas de vomitar, casi ya desmayado rompí a gritar como si de algún modo quisiera deshacerme de esa bestia que yacía en mi interior! Quizás de algún modo lo lograra, de mi boca expulsé violentamente un humo todavía más negro que el anterior, todo ese humo se desplazó por todo el estadio. Entre todo el jaleo logré de algún modo escapar de aquel recinto.

¡Al salir me encontré con cientos de personas observándome, todos estaban quietos, con ojos inyectados en sangre! ¿Qué querían de mí? ¿Puede ser que fuera culpa de esa maldita niebla oscura que rodeaba todo? Era imposible escapar, me rodearon, cuando me agarraron volví a ver a ese demonio, estaba en mi cabeza incluso llegó a darme un pequeño discurso:

"El mal está ahí, serás juzgado por todo los males cometidos y no podrás librarte, escoge bien o mal, es tu decisión obrar como quieras, pero atente a las consecuencias, porque el mal habita en vida"

Con esa frase parece que logré despertar, pero no, todavía no, sentí como una mano me agarró mi cabeza con una voz susurrante diciéndome al oído: "el mal que habita en vida".

Fue tan impactante todo que al lograr despertar yo mismo en voz alta me dije: "pero si yo no he hecho nada...".

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