"Íncubos y Súcubos" - Parálisis del sueño | Capítulo VI
Los íncubos provienen de la mitología de la Edad Media, se dice que una entidad maligna con aspecto de demonio se posa encima de la víctima para tener relaciones sexuales. La contraparte femenina es llamada súcubo.
Como habíamos visto en capítulos anteriores, dentro de la parálisis del sueño, depende de la persona y circunstancia la víctima puede ser acechado por una presión en el pecho, hay testigos que han llegado a ver sombras, incluso seres parecidos a duendes encima suyo, éstos se limitan a observar a sus víctimas intentando aterrorizarlas. Pero tanto los súcubos como los íncubos no se limitan nada más que a observar, sino que absorben energía vital a través del contacto con sus víctimas.
En dicho lugar formaban a los nuevos llegados a querer a Dios sobre todas las cosas, pero había un muchacho llamado Jean Paul que le costaba aprender y tenía muchas dudas en su cabeza.
Antes de llegar a la abadía era un delincuente de poca monta, un simple ladrón de gallinas, pero en el fondo se sentía culpable de llevar esa vida, es por ello que decidió servir a Dios.
El muchacho nunca terminaba de acostumbrarse al lugar, tampoco a sus compañeros, no se sentía querido en el lugar, el abad le hacía trabajar mucho y él en el fondo se sentía muy estresado por toda esta situación.
Cansado, se fue a dormir, a los pocos minutos de estar acostado un perfume dulce empezó a sentirse en el ambiente, en su cama sentía como si alguien se sentara, estaba paralizado, no podía moverse, algo le estaba tocando y su corazón empezaba a acelerarse. Aquella cosa se puso encima del chico, sentía que le estaban ahogando, al fijarse bien era una mujer de una belleza increíble, se sentía fría y de tacto áspero, cada vez le apretaba más fuerte e incluso en un momento llegaron al coito. Jean Paul creyó en Dios más que nunca, en su cabeza rezaba, era incapaz de deshacerse de esa mujer demonio.
A la mañana siguiente cuando todo acabó se sentía debilitado.
En aquella época era bastante común el celibato en los trabajos eclesiásticos, por ello las poluciones nocturnas eran algo normal que sumándole al estrés se creaban estas situaciones. Es por ello que tanto los íncubos como súcubos eran representados con forma demoníaca por esta época (cuernos, alas, cola...), ya que se pensaba que era algo que procedía de los infiernos.
Como habíamos visto en capítulos anteriores, dentro de la parálisis del sueño, depende de la persona y circunstancia la víctima puede ser acechado por una presión en el pecho, hay testigos que han llegado a ver sombras, incluso seres parecidos a duendes encima suyo, éstos se limitan a observar a sus víctimas intentando aterrorizarlas. Pero tanto los súcubos como los íncubos no se limitan nada más que a observar, sino que absorben energía vital a través del contacto con sus víctimas.
"El joven monje y la súcubo "
En el siglo XVIII había una pequeña abadía donde muchos hombres sentían que podían servir a Dios de alguna forma, acudían a estos lugares en busca de retiro espiritual y a su vez personas que no tenían donde ir y en busca de un hogar.En dicho lugar formaban a los nuevos llegados a querer a Dios sobre todas las cosas, pero había un muchacho llamado Jean Paul que le costaba aprender y tenía muchas dudas en su cabeza.
Antes de llegar a la abadía era un delincuente de poca monta, un simple ladrón de gallinas, pero en el fondo se sentía culpable de llevar esa vida, es por ello que decidió servir a Dios.
El muchacho nunca terminaba de acostumbrarse al lugar, tampoco a sus compañeros, no se sentía querido en el lugar, el abad le hacía trabajar mucho y él en el fondo se sentía muy estresado por toda esta situación.
Cansado, se fue a dormir, a los pocos minutos de estar acostado un perfume dulce empezó a sentirse en el ambiente, en su cama sentía como si alguien se sentara, estaba paralizado, no podía moverse, algo le estaba tocando y su corazón empezaba a acelerarse. Aquella cosa se puso encima del chico, sentía que le estaban ahogando, al fijarse bien era una mujer de una belleza increíble, se sentía fría y de tacto áspero, cada vez le apretaba más fuerte e incluso en un momento llegaron al coito. Jean Paul creyó en Dios más que nunca, en su cabeza rezaba, era incapaz de deshacerse de esa mujer demonio.
A la mañana siguiente cuando todo acabó se sentía debilitado.
En aquella época era bastante común el celibato en los trabajos eclesiásticos, por ello las poluciones nocturnas eran algo normal que sumándole al estrés se creaban estas situaciones. Es por ello que tanto los íncubos como súcubos eran representados con forma demoníaca por esta época (cuernos, alas, cola...), ya que se pensaba que era algo que procedía de los infiernos.
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